Es sabido que uno de los mayores retos a los que se enfrentan las pequeñas empresas es el flujo de caja. Muchas empresas no saben cómo solucionar el tema de la liquidez, incluso no tienen muy claro cuándo recurrir a un préstamo y cuándo a una línea de crédito.
Cuando hay problemas de liquidez la línea de crédito parece ser la solución ideal, sin embargo si no se utiliza correctamente puede ser un producto muy caro.
Pero, ¿qué es realmente la línea de crédito y en qué se diferencia de un préstamo bancario?
Hablando en términos sencillos, una línea de crédito es un límite de liquidez que el banco permite utilizar por un tipo de interés preferente y un tiempo máximo de utilización. Es decir, si usas el dinero en un determinado plazo, vale decir un mes, entonces pagas interés por ese plazo de tiempo y por la cantidad utilizada, no obstante se paga una comisión por la cantidad no utilizada. Por ello es importante tener claro dos puntos al solicitar la línea de crédito: la cantidad máxima de dinero que se necesita y por cuanto tiempo se la va a necesitar, eso se llama límite de crédito.
Otra característica importante de la línea de crédito es que no se pagan cuotas mensuales, sino que se paga el total adeudado en un solo pago al finalizar el plazo que incluye los intereses que trimestralmente carga el banco a mi cuenta por la cantidad usada y la comisión del banco por la cantidad no usada.
Cuáles son las comisiones que deberás negociar con los bancos:
- Comisión de apertura: que ronda entre 0,50% y 1%, esta comisión que suele ser bastante cara la determina el banco en función de la relación con el cliente. Dicha comisión se aplica al total del importe solicitado y se cobra al vencimiento de la operación.
La línea de crédito es renovable, entonces con la renovación se debe negociar la modificación de la tasa que oscila normalmente entre 0,15 y 0,25%. - Tipo de Interés: hay dos tipos fijo y variable. El primero oscila entre 4 y 6%, mientras que el segundo es Euribor+2-3%. El interés se aplica sobre la totalidad del importe usado y se calcula en función de los días que se usó, no obstante se cobra trimestralmente.
- Comisión de no disposición: es la que cobra el banco por el no uso del dinero prestado y cada vez más los bancos tienden a subir esta tasa, que suele rondar el 2%.
- No existe comisión de cancelación anticipada, salvo raras excepciones.
¿Qué ocurre si llegado el vencimiento de la línea de crédito no puedes restituirlo?
Pueden ocurrir dos cosas:
- Qué el Banco solicite convertir la línea de crédito a préstamo bancario
- Que el Banco renueve la linea con las mismas condiciones iniciales, manteniendo el mismo importe pero también la misma tasa de interés, lo cual resulta muy caro.
Mi recomendación es usar la línea de crédito para necesidades de liquidez de corto plazo, es decir si no logro calzar mis cobranzas con los pagos que debo realizar mensualmente, pero de ninguna manera recomiendo recurrir a la línea de crédito para financiar compras o necesidades de largo plazo, ya que resulta carísimo para las empresas.
¿Cuándo es conveniente recurrir a un préstamo bancario?
El préstamo bancario es un instrumento financiero que recomiendo usar para financiar una determinada compra y cuando tengo certeza que recuperaré la inversión en el corto/mediano plazo, digamos 6 meses.
En ese caso, utilizar un préstamo es lo más acertado, porque pagarás por la cantidad que realmente debes, la cual además irá bajando a medida que se paga el préstamo.
Este instrumento financiero, da mayor confianza tanto a los bancos como a los inversores, ya que tienen mayor visibilidad de la evolución del negocio, al ver que la deuda se va reduciendo paulatinamente con el pago de la mensualidad.
Los aspectos a negociar son los mismos que en la línea de crédito. Sin embargo hay que tener presente que el plazo de un préstamo puede ser mayor que el plazo de la línea de crédito, y dependiendo la duración del mismo se establecerá el tipo de interés.
Idealmente, recomiendo hacer un análisis de mercado para ver qué instituciones bancarias ofrecen las mejores condiciones, sin dejar de lado que demasiadas solicitudes presentadas a diferentes instituciones pueden dañar la imagen crediticia de la empresa. Por lo general, los bancos suelen dar mejores condiciones a los clientes que tengan un historial de cumplimiento de sus obligaciones o a potenciales clientes que hayan demostrado ser más responsables a la hora de gestionar sus recursos.
Por último y no menos importante, el banco debe ganar con la venta de sus productos, por ello se deben conocer todas las herramientas financieras de que disponen las pequeñas y medianas empresas para solventar sus compras a plazo, financiar inversiones y resolver problemas de liquidez.
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